Ya en ParÃs, Mademoiselle Coco seguÃa aferrada a la idea de abrir una casa de modas; sin embargo, como Capel no tenÃa dinero, se vio obligada a pedÃrselo a su antiguo amante. En 1914 compró en las GalerÃas Lafayette varias docenas de sombreros que ella misma reformó y luego los sacó a la venta. Ante el inesperado éxito obtenido, no lo dudó ni un momento: lanzó su propia lÃnea de moda, que consiguió notable aceptación entre sus clientes, muchas de las cuales eran antiguas amantes de Balsan.
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